sábado, 13 de octubre de 2012

                                                  Por: García Huerta Joyce
EL JUEGO EN EL NIÑO 
                  
                                    
Los niños juegan para divertirse, aunque no lo crean,  el juego también es un aspecto importante de su aprendizaje y su desarrollo. El juego ayuda al niño a ampliar sus conocimientos y experiencias y a desarrollar su curiosidad y su confianza. Los niños aprenden intentando hacer cosas, comparando los resultados, haciendo preguntas, fijándose nuevas metas y buscando la manera de alcanzarlas. El juego también favorece el desarrollo del dominio del lenguaje y de la capacidad de razonamiento, planificación, organización y toma de decisiones.
Todos los niños necesitan diversos materiales simples para jugar que se adapten a la etapa de desarrollo en que se encuentren, estos pueden ser: agua, arena, cajas de cartón, bloques de construcción de madera y cazuelas y tapaderas son juguetes tan buenos como los que se pueden comprar en una tienda.
Los niños cambian constantemente y desarrollan nuevas capacidades. Los adultos debemos darnos cuenta de dichos cambios y sobre todo seguir la iniciativa del niño para ayudarle a desarrollarse más rápidamente. 
El que exista juegos durante el aprendizaje del niño tiene grandes objetivos como: el juego desenvolverá el intelecto y pensamiento del infante, capacita al niño para adquirir una pequeña idea de la realidad  y será capaz de agregar las cosas del mundo interno del niño en un nuevo orden que se asemeje a la realidad.
Cabe resaltar que también el juego ayuda a desarrollar competencias en aspectos como: psicomotricidad, lenguaje, actividad intelectual y el pensamiento. Este nos ayuda a convivir con otras personas sin olvidar que hay que respetar reglas y normas compartidas. En pocas palabras el niño tiene que contar con una actitud creativa o mejor dicho la capacidad de crear un mundo digo esto porque al jugar cada niño se vuelve poeta pues va creando un mundo propio. 
Freud se da cuenta que tan importante es el juego en el aprendizaje con ayuda de su nieto el cual fue “autocreado” este juego consistía en desaparecer y volver objetos.  Se podría afirmar que desde este hecho Freud otorga a este un enlace de la creación y la fantasía encontrando en el juego del niño las primeras huellas de la actividad creativa.
Cuando existe juego en la vida de un niño este pasa de ser un sujeto pasivo a uno activo lo cual quiere decir que mediante el juego está la necesidad de procesar algo que lo haya impactado , como modo de superar esta situación el toma el lugar activo por ejemplo: en televisión el niño puede observar como un bombero lleva a cabo su trabajo por lo regular les llama la atención como un bombero puede salvar la vida de muchas personas es decir se convierte en héroe, lo cual deja maravillado al niño, luego mediante el juego repite activamente la situación, entonces algo que vivió pasivamente lo repite activamente con ayuda de otro  y causa a otro niño la necesidad de experimentar dicha hazaña esto es como una cadena.
La evolución del juego según Piaget
1.     Primeros meses a 1-2 años: Juegos de ejercitación destinados a la obtención del placer.

2.     De 2 años a 6 años: Son los juegos del "como sí" que agregan el símbolo y la ficción. El niño representa con gestos todo aquello que no está presente. Es la etapa del juego simbólico.

3.     A partir de los 6 años: Juegos reglados. Son una imitación del mundo adulto.


La evolución del juego según Anna Freud

Anna estudió como el niño evolucionó a través del juego desde el egocentrismo hasta el compañerismo. Habla de las siguientes etapas:
1.     Ego/Narcisista: Se muestra identificado con el objeto real. No existe una clara distinción entre el cuerpo de la madre y el suyo propio. Le interesan aquellos objetos que produzcan ruidos hacia la segunda mitad del primer año. Esta es una forma de descargar su agresividad. En esta fase o etapa los juguetes son muy ambivalentes (esto quiere decir que tiene dos sentidos diferentes o puede interpretarse de dos maneras distintas), así como los sentimientos que se derrumban  hacia ellos.

2.     Exhibicionista: Les gusta disfrazarse, hacer juegos que requieran mucha actividad psicomotriz, jugar a escenificar situaciones edípicas para así elaborar el conflicto edípico. No hay que olvidar que  Edipo era un rey que se enamoro de la madre y mato al padre para quedarse con la madre y de ahí nació la teoría del complejo de Edipo o edipico, formulada por Sigmun Freud, que dicta que los niños de tres años se enamoran de la madre y quieren matar al padre y después se las pasa y se dice que las niñas tienen el complejo de Electra ( el complejo de Edipo al inverso), que se enamoran del padre y quieren matar a la madre, pero para Freud es complejo de Edipo tanto para niños como para niñas.

3.     Juegos más definidos y marcados por su sexo. A partir de los 5 años.
Cronología de juguetes
1.     Juguetes para llenar y vaciar.

2.     Juguetes que pueden rodar, que ellos los puedan tirar, arrastrar o subir.

3.     Juguetes de construcción que le permiten construir y destruir y así sucesivamente. En esta etapa de juego (aproximadamente se da cuando empieza el control de esfínteres) es importante que el niño tenga un sitio donde guardar sus juguetes. El orden exterior ayuda al orden interno. Les encanta que un adulto les arregle un juguete roto, de este modo el adulto se hace cargo de una actividad reparatoria, le demuestra que su agresividad no es tan fuerte.

4.     Juguetes que sirvan para expresar tendencias masculinas y femeninas. Cada cual en su sexo irá reforzando las identificaciones que tengan que ver con su sexo. En esta etapa coexiste el juego en grupo con el juego solitario.

Algunas últimas indicaciones en la observación del juego del niño

Un niño con gran variedad lúdica, (es decir todo aquello propio o relativo al juego), será un probable indicativo de buena salud mental. Si un niño repite el mismo juego una y otra vez nos estará mostrando que está buscando ayuda para resolver su conflicto interno.

Hay niños que demuestran tener muy poca tolerancia a la frustración, mostrándose envidiosos hacia los logros de otro y su manera de expresar su envidia es rompiendo, destruyendo lo construido. Este tipo de juego puede darse en niños psicopáticos.

Los niños obsesivos apuestan por los juegos más reglados, más intelectuales, monótonos donde no se permitan los sentimientos.

La tolerancia a la frustración supone una correcta adecuación entre el principio del placer y el principio de realidad.

Te recomiendo veas estos vídeos: 

No hay comentarios:

Publicar un comentario